Ya que aquí nos va el rollo peripatético-andarín, y ya que el tema va de ponerse en marcha y circular, circular, circular (o divagar, divagar, divagar, si así lo preferís) por el espacio urbano, no estaría nada mal no olvidarnos de que hay otras cosas que también circulan, y no, no me estoy refiriendo al acelerador de partículas precisamente.
En el blog de Juan Freire hay una buena reflexión y una serie de enlaces interesantes sobre algo que él denomina "spam urbano" - la intromisión de la publicidad táctica (léase - sin espacio propio delimitado) en entornos y lugares en los que, antes, sólo podían aparecer graffiteros muy acrobáticos o artistas-interventores en el espacio público con muy mala leche.
Al parecer, la cosa está pasando de marrón oscuro:
"La evolución tecnológica ha llevado a que los usos experimentales y artísticos den paso a otros usos en que las fachadas y otras pantallas urbanas funcionan como interfaz rutinario para la visualización de información destinada a usuarios convencionales y, por tanto, potencialmente como medio para la publicidad o para ofrecer información intrusiva y no deseada. En resumen una nueva formna de spam que no deja de ser digital aunque abandone las pantallas de nuestros ordenadores."
De la multitud de enlaces y material que proporciona Freire, me quedo con este blog.